La noche viene armada. Trajo una bandera blanca pero sé perfectamente que no quiere dialogar. Lleva en la cintura cuatro insomnios bien cargados y una estrella de cristal, dos trincheras del tamaño de mi almohada y firmamento para hipnotizar.
La noche viene armada y muy dispuesta a disparar, exhalando cielos cruentos y erizando el cuello de quien se ose sublevar.
La noche vino armada y su recurso más letal fue tu recuerdo, siempre lúcido, perpetuo, sin piedad.